El día 20 de noviembre de 2014, se cumplió 25 años que fue aprobada por las Naciones Unidas, la Convención de los Derechos del Niño, que ratificaron la mayoría de países del mundo. Un derecho es algo que debe ser cumplido sin rodeos, vacilaciones o desviaciones. Por ello, los artículos de esta convención, no son solamente una declaración formal, sino que implica compromiso obligatorio de todos los Estados para hacerla cumplir. Sin embargo, aún es necesario darla a conocer y reivindicarla como realización real. Por ello, hace falta sumarse en un esfuerzo conjunto para que esto se realice. Hace falta poner en acción la inteligencia colectiva de variados agentes sociales capaces de formar opinión y actuar en consecuencia. De ahí la unión entre APFRATO y CREARMUNDOS que se suman a la labor del infatigable educador militante de los derechos de los niños y de las niñas: Francesco Tonucci y su alter ego artístico, Frato. Para guiar las reflexiones y actividades del evento, han sido elegidos dos de los derechos: al JUEGO, a la AUTONOMÍA y a la PARTICIPACIÓN.
El derecho al juego está muy claro en el Artículo 31: “Tienen derecho al esparcimiento, al juego y a participar en actividades artísticas y culturales”.
Ya los derechos a la autonomía y a la participación no están mencionados específicamente en el texto. Pero, en la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989, es posible ver referencia a ella en varios de sus artículos:
. Artículo 12: derecho del niño y niña a expresar sus opiniones y que éstas sean tenidas en cuenta
. Artículo 13: libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas
. Artículo 15: derecho de las niñas y niños a crear asociaciones y celebrar reuniones pacíficamente
Y, por esta controversia en la interpretación de los derechos de los/as niños/as, entendemos que hace falta una ciudadanía creativa capaz de garantizar la participación infantil en la vida pública.
La ciudadanía creativa es un modo de vivir proactivamente, en el que cada niño/a es consciente de ser sujeto de acción micropolítica en su contexto. Un ciudadano creativo no espera a que los demás resuelvan los problemas, porque se posiciona como parte de las soluciones. Es capaz de imaginar futuros posibles que superen los actuales defectos del sistema social. Y, desde la nuestra perspectiva los/as niños/as también son capaces de hacer esto, por ello se merecen el derecho a participar de las decisiones sobre los asuntos que les afectan. Sin contar que, la mejor manera de aprender a ser un ciudadano consecuente y con criterios, es ejercitándolo desde la mas temprana edad.
CREANINOS da voz a los/as propios/as niños/as en la presentación de sus derechos y de su manera de interpretarlos y vivenciarlos en sus diversos contextos.