MUNDOS INSPIRADOS   

Noche de Luna

Por Lic. Alejandra Benitez

Miembro de la Creative Education Foundation. USA.   

abcreativa3@hotmail.com

El fracaso contiene grandes enseñanzas si nos damos el tiempo para esperar en la oscuridad.

 

El último domingo, fui al río con mi grupo de Tai Chi a ver la salida de la luna. Como otras veces, esa noche esperaba que se repitiera el rito de un ascenso lento, plateado y silencioso..., como la entrada de una novia, o de una reina... Pero no fue así...

Casi una treintena de personas de todas las edades, rodeadas por otros tantos curiosos permanecíamos sentados, inmóviles y esperanzados frente a un cielo que nos negaba toda posibilidad. Hacía horas las nubes se habían adueñado del espacio y nos miraban con total indiferencia...

De pronto lo inesperado,..., como si hubieran tirado de un hilo muy fino se hizo un ojal en el horizonte, mejor dicho dos.   Por el primero se escurrió la luna como una hoja que se escapa de un sobre. Tenía la velocidad y los colores de un acróbata que, con un par de movimientos, desplegó todo el esplendor de su figura. Se quedó allí inmóvil suspendida sobre nuestro asombro, sonriendo de su travesura.

Fueron minutos interminables donde se abrieron torrentes de emociones. Pensé en la veces que damos por perdido un sueño o un proyecto y luego, como por arte de magia, está allí, a nuestro alcance para que lo hagamos realidad. Me acordé de tantas veces en que nos negamos la espera, la esperanza...

Por fin, desapareció por el segundo ojal y todo fue oscuridad. Nadie se movió por un largo rato... La mayoría sentíamos el regalo del instante inmerecido, de la magia escondida en el milagro de todos los días...-Todo eso para mí-  murmuro mi compañero más cercano...

Cuántas cosas se movieron dentro mío!!! Por varios días se repetían las frases, los asombros, la emoción. Por fin empezaron a encontrar su lugar impresiones, vivencias, frases leídas y escuchadas. Me prometí entonces, que se los iba a contar así, ..., como un cuento y como un disparador para presentar un tema del que poco se habla: el fracaso.

El recorrido de la idea

Ustedes dirán.. Qué tiene ver que el relato con el fracaso, ...

Bien, les cuento. Durante la espera me preguntaba qué le pasaría a cada una y a todas esas personas, incluyéndome a mi, si la luna no salía. Cómo nos sentiríamos; cómo justificaríamos todas las decisiones que habíamos tomado para estar allí. Mucha gente había postergado reuniones familiares o las había cortado antes de tiempo. Algunos tenían a los miembros de su familia dando vueltas, o acompañándolos de buen modo pero sin entender qué tiene de importante ir a ver salir al luna con un grupo de desconocidos... Otros sabían que llegarían muy tarde a casa y la comida tendría que esperar algo más, que posiblemente recibirían burlas o algunas quejas,... Pero todo era aceptable si la luna aparecía...   

Al parecer no era la única que pensaba en algo así.... Qué suerte que no fracasó la salida, si no qué les digo... me dijo al pasar una de las chicas.  

Hallazgos y confirmaciones

Y así, sin proponérmelo se instaló el tema en mi cabeza, haciendo converger las observaciones y los recuerdos hasta que se armó la pregunta: qué es el fracaso, qué significa fracasar? Y por algún truco de la mente también empezaron a aparecer intentos de respuestas. Aquí van.

 

Es evidente que la misma palabra se usa y la usamos para designar situaciones muy diferentes.

 

El fracaso desde su ángulo más negativo equivale a: no pude hasta ahora y no podré jamás porque no sirvo para nada....

En el otro extremo estaría la visión de que no hay fracaso, sólo malos resultados y aprendizaje.

En el medio una amplia gama de los que reconocen que vale la pena intentarlo nuevamente, hasta aquellos que ven en el otro la razón del no poder.

 

Las definiciones no son inocentes, quiero decir condicionan las decisiones que tomamos. Los primeros nunca lo intentan; los segundos no saben cuándo dejar de intentarlo.

En los procesos de decisión cotidianos son pocas las veces que se evalúa espontáneamente la posibilidad de no lograr los resultados esperados. No lograr los resultados esperados es sinónimo de fracasar?  En esta perspectiva el fracaso aparece como una opción personal, como ponerse un traje..., es uno el que elige?

 

Luis Jait en el Elogio de la Desmesura aporta otro ingrediente al tema. El dice - Nos preparamos para ganar pero difícilmente hablamos de la posibilidad de fracasar-.

No nos gusta escuchar que llegar a la meta implica superar dificultades. Algunos piensan que si uno conoce la dificultad de antemano no se animaría con el resto.... (tal vez)... Yo creo que en parte es así porque no confiamos en la capacidad propia ni de las demás personas para generar alternativas frente a la adversidad. No estamos convencidos de nuestro potencial creativo. Tal vez lo recomendable sea conocer a fondo los riesgos, dificultades y obstáculos y entrenarse mental y físicamente para superarlos o enfrentarlos cuando aparezcan. 

Otro descubrimiento fue que tenemos los oídos mejor dispuestos para los aciertos y las historias exitosas. Que aprendemos con más entusiasmo cuando nos cuentan que es posible, y que nos cuesta mucho lo contrario. Son pocos los que se entusiasman al inicio con lo que otros no pudieron. Sin embargo las apuestas a lo desconocido y a lo imposible están en la base de las grandes realizaciones. Cuentan que en la NASA hay una inscripción que dice que el cuerpo de las abejas no está aerodinámicamente estructurado para volar, sólo que la abeja no lo sabe.

Por fin que no alcanzar la meta fijada puede llenar de vergüenza, y hacernos sentir, perdedores,  inferiores o en inferioridad de condiciones. Y lo más curioso y triste de esto es que muchas veces nos declaramos derrotados antes de empezar a jugar. Esto en parte sucede porque vivimos rodeados de espejos que nos devuelven una imagen recortada por convenciones sociales; y  otras porque la medida de comparación que utilizamos es la persona que ha llegado o la obra terminada. A veces somos injustos con nosotros mismos y desmerecemos el esfuerzo y los logros intermedios.   También influyen los mensajes de éxito que confunden  lo que somos con lo que tenemos; lo que cada uno cree que vale la pena conseguir, con los que otros desearían que consiguiéramos. Las ambiciones sanas y de las otras tienen distintos tamaños y texturas y dependiendo de cuánto pesan las opiniones y juicios de los otros la presión aumenta y el agobio también.

En este libro que conocí gracias a Cristina G. y recomiendo en serio, se intercalan historias de los que pueden y los que no pueden. Los que se permiten soñar con descubrirse traspasando los límites de lo conocido; y aquellos que suman excusas y explicaciones para no llegar a lo que se propusieron. Para casi todos el ascenso al Aconcagua, que es el hilo conductor del relato, es la apuesta a la desmesura. Otros, los menos se sienten felices de avanzar y pueden estar allí o en cualquier otro lugar; no se miden, no se comparan...

El fracaso, leí alguna vez, es como una bengala que ilumina el límite entre lo posible y lo que nunca se logrará.

 

Cambiarle el nombre

Estas son algunas Ideas, que pertenecen también al proceso creativo y que sugiero, para cambiarle de nombre al fracaso

Animarse a soñar, animarse a desafiar los propios límites

Identificar hechos cotidianos que podamos convertir en extraordinarios. 

            Darle un lugar a las emociones

            Arriesgarse a las críticas y prepararnos para aprender de lo que no funcione.

Elegir buenos maestros y compañeros de ruta.

Fijar logros intermedios.

Intentarlo!!! Avanzar!!!

 

Baila, dice Alberto Alessi, Baila entre el éxito y el fracaso porque es allí de donde va a aparecer tu próximo descubrimiento!!!

 

ALEJANDRA BENITEZ

Lic en Economía y Master en Dirección de Marketing. Facilitadora de procesos de Decisión.

Consultora en temas de liderazgo y trabajo en equipo, especializada en CPS (Resolución Creativa de Problemas) y en aplicación de las técnicas de Creatividad a distintos ámbitos de acción.

 

 

Referencias bibliográfica

Elogio de la Desmesura. Luis Jait. Odiseas. Editorial Planeta. Buenos Aires. 1992. Si alguien tiene los datos para contactarlo le pido por favor que me los envíe.

How Do Leaders Deal With Loss? by Harriet Rubin. from FC issue 67, page 62. Feb, 2003

 

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