MUNDOS REFLEXIONADOS   

Evaluación figuroanalógica: una propuesta ética y creativa

Angélica Sátiro
Escritora y educadora e investiga las relaciones entre ética y creatividad en la universidad de Barcelona

revista crearmundos@telefonica.net
 

 

Presentación: sentido de la evaluación

En general, la evaluación es una amenazadora herramienta de control disciplinador, en el peor de los sentidos. La disciplina en sí misma no es perjudicial, al contrario, ya que posibilita la libertad. Alguien incapaz de disciplinarse es esclavo de sus propios instintos.

¿Y hay otro modo de mirar a la cuestión de la evaluación? Esa propuesta didáctica piensa que sí. Veamos por dónde sigue la reflexión.

La palabra “evaluación” significa etimológicamente determinar el valor. Valor es una cualidad atribuida a los entes, ajena a ellos mismos. Valor es lo que hace contrapeso, o sea, pesa y equilibra a la vez.

Especular sobre el sentido del acto y del término evaluación nos remite a la imagen de la balanza y del tamiz. La balanza es un símbolo del equilibrio de todas las cosas, hechas para estar unidas. Cuando atendemos al significado etimológico de la palabra pensar y de la palabra valor, percibimos la conexión entre la cuestión de evaluar y la imagen de la balanza. El pensamiento, así como la balanza, pesa, mide y busca equilibrar las cosas y el tiempo, el visible y el invisible. El movimiento pendular de la balanza representa el movimiento de la dinámica interna de nuestro pensamiento cuando pretende ser un justo evaluador.

Pero, a la vez, paradójicamente, evaluación nos evoca separación, selección, crítica, elección, criba..., y el tamiz es la imagen que representa todo esto. Sus mallas serán tanto más apretadas cuantas más exigencias se impongan sobre lo que está siendo tamizado. Así, el pensamiento, cuando evalúa, lo hace en función de criterios que emplea conscientemente.

Por tanto, evaluar es una forma de pensar críticamente, además de ser un proceso mental exigente y metódico que requiere precisión analítica.

Los movimientos de la balanza y del tamiz le permiten al sujeto conocer la “cosa evaluada” de forma reflexiva, propiciando una vuelta sobre sí mismo y a la identidad de la cosa evaluada: su historia, su cultura y su modo propio y específico de ser. Evaluar, por lo tanto, permite “re-conocer” lo conocido, lo cual genera una potenciación cognitiva y metacognitiva. Cuando se busca comprender el sentido de evaluar, se pasa a saber cómo se sabe y a entender el propio entendimiento.

 

 

 

Puntos clave

Evaluar significa determinar el valor de algo. Forma parte del proceso     continuo del pensamiento y no debe ser tratado como algo aislado.

 

 

Historia de la evaluación

Según algunos estudiosos, la historia de la evaluación se divide en las siguientes fases:

A partir del siglo XVI, dentro de un sistema tradicional instituido por los jesuitas, empieza con la forma de test para aprobar o suspender  a los alumnos.

En el inicio del siglo XX, con la escuela nueva, pasa a ser un componente de la educación que incita a una autodisciplina libre, interna y autónoma, teniendo en consideración el desarrollo afectivo y emocional de alumnos y alumnas.

A partir de la década de 1960, con las teorías del comportamiento, pasa a estimarse como un método para que los alumnos se disciplinen mentalmente y varíen su modo de actuar. En función de esto se utilizan muchos recursos técnicos para lograrlo.

En los últimos cuarenta años, en la Academia de Ciencias Pedagógicas de la ex-Unión Soviética, los interaccionistas dialécticos proponen que los individuos empiezan a desarrollarse en la medida en la que actúan. Esta línea conceptual, al lado de las teorías constructivistas que sostienen que el conocimiento ha de ser construido por los alumnos, hicieron cambiar la concepción que se tenía de la evaluación. Así, algunos educadores empezaron a entender la acción de evaluar como parte del proceso de desarrollo del propio alumno, lo que permite tratarlo como sujeto evaluador y no como mero objeto a ser evaluado. Esta línea conceptual posibilita, también, pensar en la evaluación como en un componente del proceso de aprendizaje y no como un hecho sustraído de éste, a la espera de ser experimentado tras dicho proceso.

Aunque los discursos sean coherentes con esta cuarta fase, y teóricamente nos encontremos en ella, no es necesario un gran esfuerzo para percibir que el sistema evaluativo se corresponde con la manera tradicional de los jesuitas del siglo XVI. En la práctica, en las escuelas, la evaluación sigue utilizándose para suspender o aprobar a los alumnos y alumnas, que son “medidos y pesados”, “cribados y tamizados”, por aquellos que establecen los criterios que deben ser alcanzados al final del proceso de “ensinage”1.

Algo precisamos constatar: los modelos de evaluación son coherentes en la práctica con los modelos de enseñanza y de aprendizaje, que a su vez son coherentes con los modelos de relaciones sociales. Así, un modelo se refleja en los demás, en un conjunto de reflejos múltiples y dispares, algunos incluso contrarios a otros. Eso nos presenta algunas controversias, conflictos y paradojas que conviven en nuestras culturas y en nuestra idea de sociedad y de educación. Somos una sociedad injusta en la que ciertos abusos de poder son aceptados en la familia, en las escuelas y en el día a día, y lo que apreciamos en el sistema evaluativo es un reflejo de todo eso. Pero, como se trata de un juego de espejos (entre ellos, algún espejismo), no hay que esperar que la sociedad cambie para cambiar el sistema evaluativo. Vivimos un momento de coexistencia de la diversidad conceptual y tenemos que optar por una posición frente a esto y frente al ya mencionado juego de espejos. Por eso, consideramos la evaluación como una actividad política, cognitiva, afectiva, que precisa estar abierta a la convivencia, generar la sensibilidad pertinente para entender e investigar continuamente las paradojas y contradicciones de nuestro tiempo.

 

Puntos clave

Los modelos de evaluación son coherentes en la práctica con los modelos de enseñanza y de aprendizaje, que a su vez son coherentes con los modelos de relaciones sociales.

 

Perfeccionar el pensamiento mejorando la capacidad de evaluar

En su sentido etimológico, la palabra pensar viene de sopesar y significa “poner en la balanza” para evaluar el peso de algo. En este sentido, en alguna medida, pensar es evaluar. Por tanto, si queremos que nuestro alumnado piense bien será necesario que evalúen bien. Aprender a pensar por uno mismo, en forma autónoma, precisa entonces del aprender a evaluar por uno mismo.

Dada la amplitud de este concepto, precisamos ver la evaluación en el proceso continuo del pensamiento y no como un fenómeno aislado y externo al “trabajo” de aprender y de pensar. Uno de los retos epistemológicos más importantes es considerar la evaluación como parte del proceso de conocer y de comprender. En esta propuesta didáctica, asumimos que el acto de evaluar es parte del proceso de aprendizaje, que posibilita conocer, pensar, comprender, y que no ha de relegarse a después.

Sabemos que el ser humano piensa mediante símbolos. Sabemos también que ese proceso se basa en las múltiples relaciones que actúan en diferentes direcciones, desde, para y a través del entorno cultural, social y físico. Ya que el humano piensa por medio de símbolos, ¿por qué no utilizar imágenes y figuras artísticas y culturales como símbolos mediadores en el acto de evaluar? Y ya que también se pretende que el alumno sea sujeto evaluador, ¿por qué no hacer uso de esas mismas imágenes en ese proceso?

De ese modo, evaluar será una oportunidad para que los alumnos afiancen la significación de los símbolos de la imagen de mundo que ya tienen y de que, al serles presentados símbolos culturales relevantes ajenos a ellos, amplíen esa imagen de mundo. La evaluación, entonces, es algo presente en el aprendizaje que no sólo desarrolla innumerables habilidades de pensamiento necesarias para el acto de evaluar, sino también una ampliación de la educación cultural y de la comprensión de sus símbolos. Todo lleva a pensar que el alumno, como sujeto evaluador que utiliza símbolos e imágenes culturales, será cada vez más apto para pensar e interpretar la realidad.

Está bien recordar que, por naturaleza, el pensamiento es metafórico y no lineal; o sea, no pensamos las cosas mismas, sino imágenes y símbolos que las representan. Además, en nuestra mente, distintos pensamientos se dan con simultaneidad. Esto refuerza la importancia de los juegos y de los lenguajes artísticos en el desarrollo de la capacidad evaluativa, ya que en ellos se opera con esos símbolos que están simultáneamente en nuestro pensamiento.

Otro punto que debe ser considerado es que el ser humano interpreta el mundo desde esquemas de pensamiento que son redes afectivas, cognitivas, conscientes e inconscientes. El utilizar elementos estéticos para evaluar, seguramente ampliará las posibilidades de potenciar globalmente estas redes. El evaluar utilizando elementos estéticos señala una posibilidad de acción creativa sensible y placentera, que asocia medios, fines y recursos. Eso significa que este planteamiento va algo más allá de una propuesta técnica, uso de nuevos procedimientos.

Según Bachelard, la comprensión tiene un eje dinámico porque es impulso vital; por tanto, forma parte de la tarea del hombre romper con la tradición y emprender caminos nuevos. Es necesario, en la educación, pensar en la evaluación desde esa perspectiva.

Realizar evaluaciones figuroanalógicas colabora con el desarrollo del pensamiento en general porque el alumno, al ser un sujeto evaluador, es estimulado a través de las imágenes propuestas a poner en marcha distintas habilidades de pensamiento.

 

Puntos clave

Evaluar es una forma de pensar crítica, creativa y cuidadosamente, además de ser un proceso mental exigente y metódico que exige precisión analítica.

En función del carácter dinámico del conocimiento, el acto de evaluar es continuo y debe estar conectado con el proceso de desarrollo de la capacidad de pensar.

Elementos estéticos enriquecen el acto de evaluar y le confieren más capacidad de producir conocimientos.

 

¿Qué significa evaluación figuroanalógica?

En las escuelas, por lo general, cuando los alumnos son evaluados, reciben notas o conceptos que pretenden reflejar cómo fueron medidos, estimados y cuantificados. El profesor ha relacionado el aprendizaje del alumno con cifras o palabras. Tratar de cuantificar lo cualitativo ya es muy cuestionable y merece seguramente una reflexión más profunda; pero, por ahora, lo que nos interesa es resaltar que el alumno es el objeto evaluado y que evaluarle de ese modo es establecer una analogía que utiliza los números-conceptos como símbolos. La evaluación figuroanalógica nos “invita” a pensar al revés todo lo que hemos dicho: que el alumno sea el sujeto que hace las analogías y que al hacerlo siga en su proceso de aprender y de conocer.

Figuro-. Este término es un prefijo que hace referencia al pensamiento que utiliza símbolos, imágenes, “figuras”, para ejercitarse, y al material utilizado para motivar el razonamiento analógico, que son imágenes artísticas o no, símbolos y objetos de sentido cultural.

Analógico. Este término es relativo al tipo de razonamiento al que recurre generalmente este tipo de evaluación; razonamiento que capacita el pensamiento a comparar, a establecer relaciones distintas, a percibir semejanzas y diferencias, etcétera, y que ayuda a desarrollar el pensamiento crítico, creativo y cuidadoso.

Por resultar muy fructífero, el razonamiento analógico se utiliza con frecuecia en investigaciones epistemológicas. La analogía es uno de los principales actos del entendimiento y del conocimiento de la Naturaleza, ya que permite establecer hipótesis que, aunque no siempre son verdaderas, son imprescindibles para el proceso de conocer. Algunos progresos científicos se deben a analogías rigurosas establecidas entre fenómenos sin relación aparente entre sí. Además de estar conectada con el entendimiento, también lo está con la imaginación, de ahí que esté presente con frecuencia en creaciones artísticas.

Por lo tanto, practicar el razonamiento analógico al evaluar es un procedimiento mental que enriquece tanto el propio proceso de evaluación como el de elaboración, construcción y reconstrucción del conocimiento. Además, con la práctica del razonamiento analógico, el juego simbólico y los lenguajes no verbales pueden ser tratados como verdaderas herramientas del pensamiento. Todo esto conduce a una síntesis de la experiencia de tal manera profundizada que permite su verbalización y significación.

 

Puntos clave

Los alumnos deben ser tratados como sujetos evaluadores y no como meros objetos de la evaluación del profesor.

El razonamiento analógico posibilita una síntesis profunda de la experiencia, revelando su sentido,  porque rescata el juego simbólico y los lenguajes no verbales como herramientas de pensamiento. 

El utilizar imágenes estimula el razonamiento analógico.

La evaluación figuroanalógica potencia el razonamiento analógico y utiliza imágenes para ello.

 

Notas:

1.      Ensinaje es un neologismo basado en un juego de palabras a partir de la palabra aprendizaje. Su uso es irónico y hace referencia a que hay quien piensa que el hecho de enseñar conlleva incuestionablemente que el otro aprende, lo cual justifica que se le exija posteriormente que “devuelva” lo que le fue enseñado.

 

Referencias bibliográficas y direcciones de interés

ANDRÉS, SÁTIRO, Angélica y otros (2003): Revaluar. L’avaluació reflexiva a l’escola. VIC. EUMO.

SÁTIRO, Angélica. Evaluar lúdica y reflexivamente. Revista Crearmundos nº 0: www.telefonica.net/web/crearmundos (revista gratuita).

Imágenes: Fotos de la autora.

 

Actividades para el alumnado

A continuación presentamos algunas propuestas evaluativas que emplean fotos de distintas ciudades. Cabe resaltar que hoy día, debido al contexto multicultural, la utilización de símbolos de otras culturas no sólo es deseable, sino necesaria. Lo importante es que no olvidemos que el acto de evaluar figuroanalógicamente implica una reflexión sobre la cultura visual y también sobre aspectos interculturales. Las propuestas presentan distintos niveles de complejidad que el profesor deberá adecuar a su propia realidad. Las propuestas tienen dos tipos de criterios evaluativos:

Abiertos: Las imágenes serán interpretadas libremente pudiendo tener distintos significados.

Cerrados: Cada imagen viene con su significado.

 

 

Actividad 1. Estructurar conceptos

 

Material. Fotos de estrellas marinas de Formentera (Islas Baleares)

Criterio. Cerrado (cada foto ya tiene su significado escrito)

 

Procedimiento:

Presentar las imágenes.

Pedir que observen con atención cada una de ellas.

Pedir que elijan una de ellas explicando las razones de la elección.

Mi concepto de... está claro, estructurado y ordenado

En el momento tengo un concepto ordenado de…

Conceptualmente está "estructurada" la idea de..., pero...

Todavía está "desordenado" el concepto de...

 

 

Actividad 2. Autoevaluación

Material. Fotos de detalles de las puertas de Menorca (Islas Baleares)

Criterio.:Abierto (cada uno interpreta libremente las imágenes al autoevaluarse)

Procedimiento:

Presentar las imágenes.

Pedir que observen con atención cada una de ellas.

Pedir que elijan una de ellas explicando las razones de la elección.

 

 

Actividad 3. Nivel de apertura para aprender

Material. Fotos de puertas  de Menorca (Islas Baleares)

Criterio. Cerrado (las fotos tienen distintos tipos de apertura o no apertura)

Procedimiento:

Presentar las imágenes.

Pedir que observen con atención cada una de ellas.

Pedir que elijan una de ellas explicando las razones de la elección.

 

 

Actividad 4. Nivel de claridad  sobre las ideas presentadas en el aula

 

 

 

Material. Fotos de Ibiza (Islas Baleares)

 

 

Criterio. Cerrado (de menos luz “claridad” para más luz)

Procedimiento:

§         Presentar las imágenes.

§         Pedir que observen con atención cada una de ellas.

§         Pedir que una de ellas explicando las razones de la elección.

 

 

Actividad 5. Posibilidades prácticas para aplicar algo que fue aprendido teóricamente

 

 

 

Material. Fotos de puertas Ibiza (Islas Baleares)

 

 

 

Criterio. Cerrado (cada foto tiene un significado concreto)

Procedimiento:

§         Presentar las imágenes.

§         Pedir que observen con atención cada una de ellas.

§         Pedir que una de ellas explicando las razones de la elección.

 

 

 

Actividad 6. Evaluación de la participación de los miembros del grupo

Material. Fotos de palmeras (patrimonio de la humanidad: UNESCO 2002). Elche (Alicante. Comunidad Valenciana)

Criterio: Abierto

Procedimiento:

§         Presentar las imágenes.

§         Pedir que observen con atención cada una de ellas.

§         Pedir que una de ellas explicando las razones de la elección.

 

 

Texto anteriormente publicada na revista AULA de Innovación Educativa  nº 128, Barcelona: enero de 2004

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